jueves, 17 de septiembre de 2015

Tempestades

No soy un pirata que aparenta ser princesa
sólo por ser rescatada.
Sin embargo sigo temiendo que se me acabe el tiempo.
Y ni siquiera sé muy bien a qué coño estoy esperando.
O a quién.

Siempre es el canto de la misma sirena.

No busco una brújula que marque mi norte,
ya sé cuál es,
pero quizás no sea mi tierra firme.
No me digas que lo que necesito es un cambio de ruta.
No quiero asumir que quizás lo que más quiero
es lo que menos necesito.

Supongo que todo se reduce a no querer reconocer
que el problema no son hundimientos,
ni golpes ni daños;
ni cenizas;
que la tormenta soy yo.

Que dejo pasar mis batallas por miedo a perderlas,
por miedo a hacerme añicos de nuevo,
fingiendo nuevos naufragios
y culpando al enemigo de mi derrota.

No me digas que te necesito a ti,
porque cambiaré de rumbo;
aparentando más tempestades y oleadas.
Que al fin y al cabo,
sólo serán las lágrimas de una cobarde.

Aunque ojalá llegues algún día
y me demuestres que no pasa nada si me estrello contigo.
Cuando ya no tenga miedo a derrumbarme.

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