Llegará el día en que ya no existan estrellas,
en que el universo se reduzca a la nada
y el todo se vuelva ceniza y polvo;
un día en el que mis pupilas estén vacías,
llegará un día en el que mi corazón deje de latir...
Por eso haz que mis efímeros días cuenten;
haz que descomponga mis pulmones en suspiros,
que se me desboque el corazón en el pecho,
hazme sentir viva;
hazme ver que mi existencia tiene un sentido
Y sobre todas las cosas:
que ese sentido eres tú.
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